sábado, 9 de febrero de 2008

ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN

Hace poco murió este escritor y poeta venezolano. Precisamente coincidía su despedida con la lectura que en aquellos momentos hacía de un libro que me había regalado un amigo. En él se discurría sobre ese don, al parecer, exclusivo de los artistas pero en especial de aquellos que hacen magia con las palabras, de poder ver más allá de lo evidente, de trascender aquello que nos está permitido al común de los mortales, y, además, de saber expresarlo de una manera única, exclusiva de seres que sólo rozan este mundo pues pertenecen a otro más sublime, reservado para los cantores de la vida con todas sus bondades y miserias, los poetas. Ellos que parecieran dotados de un aura especial que magnetiza con sutileza y asimismo sorprende, hechiza, hipnotiza, enamora, en fin nos perturba...
En recuerdo de ese hombre que no conocí pero que sí me conmovió con la lectura de uno de sus poemas, quise hoy, aquí, transcribir esas letras llenas de magia...

El Barco de Tomás
Supongo que una botella llena de lejanías
estalló sobre la quilla.
Las gaviotas sintieron el golpe
y por eso vuelan,
ladeadas,
en homenaje.

Varios peces se congregaron
para ver la partida

Había muchachas en la borda y un loco
en lo más alto de estribor y el capitán
que discutía en el astillero sobre
puertos y países radiantes.

El arquitecto de maderas y espumas,
llamado Tomás, quiere ver, tocar, hacer olfato,
para entonces creer que será recibido
con festejos. Ve las olas y cambia la T
por la J y aspira a ser tragado por
la ballena donde hay música y flores.

Tomás o Jonás, amigo mío,
viajaremos en el pez o en tu nave,
por mares olorosos a distancia
en busca de sitios donde alguien
nos espera
con copas y canciones
¡Cantemos Tomás!
Cantemos, Tomás
porque esta noche las estrellas
son para nosotros.

Hay una cabellera
perdida en la vía láctea
Hay nuestros juguetes de la infancia
acercándose a los anillos
de Saturno.
Cuando lleguemos lejos, Tomás
cuando tu barco toque el mar
que nadie sueña
y por eso es mar inesperado
la tristeza caerá vencida
por un haz de colores.
Seremos hechizados, Tomás,
porque a mil brazas de entusiasmo
surgirán las bellas magas
portando sus ramos de corales.
Ellas nos han invitado a un regocijo
Danzan sobre las olas
esquivas
Han construido un tablado de algas
Nos saludan, te saludan, Tomás.
Las hojas que imitan la luz, las escamas de oro,
son para tu barco.

¡Alégrate, Tomás
estamos en la región de la aventura!

Y yo sé que no hay olas
ni fiestas
ni muchachas.
Se me ha ocurrido inventarte
-para que no estemos tristes-
Tomás,
un barco sobre el mar desconocido.

(Adriano González León -octubre 1979-)



viernes, 7 de diciembre de 2007

HIPOCRESÍA

Eso precisamente es lo que le ha sobrado, y en qué medida, a este gobierno. Ninguna de las ideas que nos pretende vender se pueden comprar pues realmente no existen en su inventario de cosas pendientes y otras, sencillamente, ya despiden un olor nauseabundo. En cuanto a su tan esgrimido talante democrático, no sé quién todavía puede dudar que ese ingrediente, tan importante en un país que pretenda llamarse civilizado, nunca lo hubo ni lo habrá en la revolución chavista pues arrastra el lastre de estar liderada por un golpista que nunca podrá respetar la decisión de un pueblo que, según dice, le sabe a MIERDA.
Quisiera que alguna teoría de esas que suelen preparar los adláteres del gobierno para justificar cualquier sinrazón, tratara de explicarnos cómo puede digerirse el que en un régimen supuestamente de corte socialista haya aumentado bochornosamente el consumo no de bienes de primera necesidad (concernientes a la alimentación, salud o educación) sino de bienes superfluos (autos, lanchas, yates y aviones ostentosos; joyas y relojes de edición limitada; construcción y remodelación de viviendas lujosas; electrodomésticos suntuosos; materiales para salas de baño y cocinas exclusivos de firmas internacionales, fiestas de despilfarro y boato; viajes al extranjero, y no precisamente a Cúcuta o Maicao; consumo en restaurantes de menús millonarios; compra de licores añejados o espumantes de precios de infarto; y un largo etc.). En todo este mar de falsedades hay algo que me resulta especialmente grotesco, ver día tras día a un gobierno que se disfraza de socialista pero que ni tan siquiera cuida su maquillaje. Sobran las medidas cuya aplicación poco cuesta pero que mucho pudiera contribuir al rescate del país, sin que para ello se deba renunciar ideológicamente a la izquierda. Todo lo contrario, afianzaría esa tendencia atribuyéndole, además, un talante progresista. Sin embargo doy por descontado que esas medidas ni siquiera son intuidas por los bufones del régimen, ellos viven absortos en una eterna borrachera de dinero e ideologías cantinfléricas.

Seguro pensarán que todo esto es sólo una perorata inútil, pero nada más alejado de la realidad, esas provechosas y asequibles medidas existen y son tangibles. Para muestra sólo les ofrezco un botón:
-¿Cuánto puede costar implantar con carácter obligatorio los días de parada en las ciudades con más densidad vehicular? Se ahorraría en combustible y se disminuiría no sólo el congestionamiento automotor sino también las emanaciones contaminantes.
-¿Por qué no se empieza la retirada de un sinfín de vallas ilegales y legales que afean y empobrecen aún más el paisaje citadino?
-¿Qué hubo del rescate de nuestros ríos, mares y lagos? Concretamente, ¿qué hubo de la recuperación del Guaire? Seguramente se afectaban muchos intereses del chavismo, así que fue mejor llenar la ciudad de vallas anunciando algo que nunca llegó.

-¿Por qué no se controla el acceso a nuestros parques nacionales con botellas u objetos altamente contaminantes?
-¿Cuándo se emprenderá una verdadera y profunda depuración de nuestras playas y se empezará a sancionar contundentemente a quienes se empeñan en ensuciarlas?

-¿Estará muy lejos el día en que se les ocurra controlar la contaminación acústica? Por ejemplo, la generada en las tiendas de los centros comerciales donde cada una coloca la música al máximo volumen en una competencia ensordecedora.
- ¿Será mucho pedir que se estimule el regreso de paquetes y bolsas de papel o cartón? Parece increíble que no puedan percibir la abrumadora contaminación que causa el excesivo uso de bolsas y embalajes de plástico.
- ¿Para cuándo se va a dejar la difusión de una educación ambiental que estimule el reciclaje y el equilibrio ambiental? ¿Por qué no empieza el gobierno dando el ejemplo? Una pequeña muestra sería ordenar en todas sus dependencias el uso obligatorio de papelería reciclada, esto invitaría a todos a hacer uso de ese tipo de productos.
-¿Cuesta mucho que el Ministerio de Educación establezca como obligatoria una materia que eduque para la valoración y conservación del ambiente?
-¿Por qué no se fomenta la instalación de empresas de reciclaje de diferentes rubros como papel, vidrio, metal, plástico? Y sin olvidar la necesidad de recoger en contenedores independientes las baterías o pilas por ser desechos altamente contaminantes.
-¿No es posible recuperar las edificaciones emblemáticas de la ciudad como manera de rescatar su memoria histórica y arquitectónica y, a la vez, contribuir a la generación de soluciones habitacionales?
- Y en definitiva, Dios bendito, ¿para cuándo se va a dejar la enseñanza al pueblo del valor económico y ambiental de la cultura del reciclaje?

¿Será que resulta mejor esperar a que nos trague vivos la basura?

lunes, 5 de noviembre de 2007

¿Racistas nosotros? ¡Qué va!

Habría que comenzar por decir que racismo hay y, lastimosamente, habrá en todos los rincones de la tierra, pues al parecer no es cosa fácil eso de aprender a compartir y convivir con los que no se nos asemejan física ni culturalmente. El tema lo saco a colación por las recientes e impactantes imágenes que muestran una agresión xenófoba contra una joven ecuatoriana en el metro de Barcelona, España. Sin embargo, para los extranjeros que provenimos de países no desarrollados, como los latinoamericanos, y que nos ha tocado vivir, por razones diversas en ese país, no nos han sorprendido tales agresiones porque sabemos de sobra que España es un país orgullosamente racista.
Cuando aludo al “orgullo racista español” lo hago consciente de lo que eso implica. Los países llamados civilizados saben que en sus estratos populares, y también en los no tan populares, existe un hervidero de sentimientos nada favorable a la llegada de foráneos, de gente distinta, por eso también en muchos de esos países se cuidan de exhibir públicamente comentarios o gestos que puedan catalogarse como de corte racista... En España, en cambio, la realidad es muy distinta, esas actitudes discriminatorias campean a sus anchas en espacios televisivos como una justa reivindicación del orgullo español.
Podría enfrascarme en la conocida enumeración de tratos discriminatorios vividos por mí o por mis allegados, pero el tema aquí es otro, es el alarde de la supuesta superioridad española en los medios de comunicación (lo cual estamos claros es la muestra incontrovertible del sentir español). Pues bien los massmedia españoles lejos de atajar este carácter xenófobo de su gente lo aupan sin remordimientos. Y aquí sí voy a referir algunos de esos ejemplos:
- La reiterada mención de nuestra pobreza de vocabulario, aunada a un supuesto sometimiento a los dictados de los que ellos llaman “americanos”, lo cual nos lleva a exagerar en el uso de expresiones inglesas como: O.K. en vez de su vale; closet por armario, ticket por boleto, blue jeans por vaqueros, etc. Pero, en cambio, cuando ellos echan mano a otras expresiones anglófonas que nosotros no empleamos, eso, claro, sí esta justificado como: footing por trotar; parking por estacionamiento; bacon por tocino o tocineta; zapping por cambiar de canal; spot por comercial; etc.,etc.
- Para ellos los americanos son sólo los gringos, de allí pa’bajo todos somos sudamericanos, porque para los españoles no existen los mexicanos como norteamericanos, ni los centroamericanos ni los caribeños, para qué si no hace falta, total todos somos lo mismo: SUDACAS.
- Precisamente sobre la clasificación anterior, debo hacer mención a otra forma despreciable de discriminarnos y mucho más elocuente. Cuando no somos nadie o peor aún cuando estamos en problemas con la justicia, siempre, SIEMPRE, seremos latinoamericanos. OHHHH!!!! pero basta que se nos reconozca internacionalmente por una obra encomiable para que por arte de magia pasemos a ser hispanoamericanos o mejor aún hispanos. Vaya, vaya que ni el mismísimo Copperfield hubiese logrado tan sorprendente y rápida transformación.
- La facilidad con que se nos etiqueta: cubanos: músicos, bailarines o putas; colombianos: narcotraficantes; argentinos y uruguayos: tangueros y psicoanalistas frustrados; brasileños: futbolistas y garotas; venezolanos: misses, frívolos y adoradores de los yanquis, y, ahora, antiyanquis??; mexicanos: flojos; bolivianos, ecuatorianos y peruanos: indios; dominicanos: merengueros y peluqueras estira chichas o expertas tejedoras de trenzas; puertorriqueños: cantantes de salsa y vendidos al imperio; chilenos: Pinochet; los centroamericanos: prácticamente no existen.
- El infaltable desprecio con que se denomina como horterada a cualquier destino turístico exitoso en Latinoamérica, como Cancún. Para ellos nosotros, más allá de las playas o las selvas, no podemos contar con instalaciones turísticas de primera porque esto sólo puede ser una demostración de ordinariez de nuevos ricos.
- Cuando contamos con gobiernos discretos y emprendedores de políticas acertadas se nos arropa con un silencio sospechoso, pues la idea es que siempre demos la nota discordante, por eso Chávez es un tema recurrente de sus tertulias televisivas.
- Las interminables discusiones en artículos de prensa, programas radiales o televisivos surgidas a raíz de la preocupación ante el inexplicable e indeseable gusto que un país “del nivel de España” estaba y está mostrando por los bodrios producidos en Latinoamérica, las telenovelas que ellos gustan llamar despectivamente culebrones. Ya me gustaría a mí ver en igual proporción e intensidad ese tipo de discusiones en torno a sus programas del corazón que más que culebrones son sabandijas.
- No debemos olvidar la inefable pregunta que hasta el más comedido ante el micrófono no se priva de hacer ante la llegada de famosos viajeros españoles: ¿Y cómo os apañasteis con la comida? Porque claro nunca, y esa cantaleta es eterna, nunca como la cooomiiiidaaaa esppaaaañoooolaaaaa!!!!! Y los que llegan por supuesto no defraudan con sus respuestas: “Bueno comimos por necesidad porque no se podía pasar bocado, nada como el puchero de casa”. Y a mí esto me hace recordar un artículo que en una oportunidad leí en el que sin rubor alguno se decía que en nuestros países se usaba mucho el picante como manera de esconder el sabor de ingredientes en mal estado, es decir que aquí, además, comemos alimentos podridos.
- Y no debemos dejar pasar esta duda que mucho puede aclararnos: ¿por qué ningún miembro de la familia real se ha casado con un extranjero como ha sucedido en otras casas reales? Algunos dirán pero la reina Sofia es griega, y sí efectivamente lo es pero ella se casó con Don Juan Carlos antes de que este siquiera soñara con retomar para los Borbones el trono español, de hecho contrajo nupcias fuera de España. Y ahora sólo pregúntense si hubiera habido tanta tolerancia con el divorcio, el aspecto anoréxico y el desbordante protagonismo inicial de la hoy princesa de Asturias si esta, en vez de española, hubiera sido noruega, o que tal estadounidense y ni hablar si hubiera sido latinoamericana...
Después de lo dicho yo me pregunto ya que a los españoles no les gustamos y menos en su tierra, por qué, y esto les traería los resultados buscados, no se dejan de ambigüedades y lo sueltan directamente como suelen ellos hablar, sin anestesia, y no están con tantas zoquetadas de que si España es solidaria, única, fraternal, amigable. De esa manera se ahorrarían inmigrantes de por estos lares que aún andan por allí de incautos creyendo que así como los recibimos a ellos aquí nos están esperando a nosotros allá. Ummmju!!!