lunes, 5 de noviembre de 2007

¿Racistas nosotros? ¡Qué va!

Habría que comenzar por decir que racismo hay y, lastimosamente, habrá en todos los rincones de la tierra, pues al parecer no es cosa fácil eso de aprender a compartir y convivir con los que no se nos asemejan física ni culturalmente. El tema lo saco a colación por las recientes e impactantes imágenes que muestran una agresión xenófoba contra una joven ecuatoriana en el metro de Barcelona, España. Sin embargo, para los extranjeros que provenimos de países no desarrollados, como los latinoamericanos, y que nos ha tocado vivir, por razones diversas en ese país, no nos han sorprendido tales agresiones porque sabemos de sobra que España es un país orgullosamente racista.
Cuando aludo al “orgullo racista español” lo hago consciente de lo que eso implica. Los países llamados civilizados saben que en sus estratos populares, y también en los no tan populares, existe un hervidero de sentimientos nada favorable a la llegada de foráneos, de gente distinta, por eso también en muchos de esos países se cuidan de exhibir públicamente comentarios o gestos que puedan catalogarse como de corte racista... En España, en cambio, la realidad es muy distinta, esas actitudes discriminatorias campean a sus anchas en espacios televisivos como una justa reivindicación del orgullo español.
Podría enfrascarme en la conocida enumeración de tratos discriminatorios vividos por mí o por mis allegados, pero el tema aquí es otro, es el alarde de la supuesta superioridad española en los medios de comunicación (lo cual estamos claros es la muestra incontrovertible del sentir español). Pues bien los massmedia españoles lejos de atajar este carácter xenófobo de su gente lo aupan sin remordimientos. Y aquí sí voy a referir algunos de esos ejemplos:
- La reiterada mención de nuestra pobreza de vocabulario, aunada a un supuesto sometimiento a los dictados de los que ellos llaman “americanos”, lo cual nos lleva a exagerar en el uso de expresiones inglesas como: O.K. en vez de su vale; closet por armario, ticket por boleto, blue jeans por vaqueros, etc. Pero, en cambio, cuando ellos echan mano a otras expresiones anglófonas que nosotros no empleamos, eso, claro, sí esta justificado como: footing por trotar; parking por estacionamiento; bacon por tocino o tocineta; zapping por cambiar de canal; spot por comercial; etc.,etc.
- Para ellos los americanos son sólo los gringos, de allí pa’bajo todos somos sudamericanos, porque para los españoles no existen los mexicanos como norteamericanos, ni los centroamericanos ni los caribeños, para qué si no hace falta, total todos somos lo mismo: SUDACAS.
- Precisamente sobre la clasificación anterior, debo hacer mención a otra forma despreciable de discriminarnos y mucho más elocuente. Cuando no somos nadie o peor aún cuando estamos en problemas con la justicia, siempre, SIEMPRE, seremos latinoamericanos. OHHHH!!!! pero basta que se nos reconozca internacionalmente por una obra encomiable para que por arte de magia pasemos a ser hispanoamericanos o mejor aún hispanos. Vaya, vaya que ni el mismísimo Copperfield hubiese logrado tan sorprendente y rápida transformación.
- La facilidad con que se nos etiqueta: cubanos: músicos, bailarines o putas; colombianos: narcotraficantes; argentinos y uruguayos: tangueros y psicoanalistas frustrados; brasileños: futbolistas y garotas; venezolanos: misses, frívolos y adoradores de los yanquis, y, ahora, antiyanquis??; mexicanos: flojos; bolivianos, ecuatorianos y peruanos: indios; dominicanos: merengueros y peluqueras estira chichas o expertas tejedoras de trenzas; puertorriqueños: cantantes de salsa y vendidos al imperio; chilenos: Pinochet; los centroamericanos: prácticamente no existen.
- El infaltable desprecio con que se denomina como horterada a cualquier destino turístico exitoso en Latinoamérica, como Cancún. Para ellos nosotros, más allá de las playas o las selvas, no podemos contar con instalaciones turísticas de primera porque esto sólo puede ser una demostración de ordinariez de nuevos ricos.
- Cuando contamos con gobiernos discretos y emprendedores de políticas acertadas se nos arropa con un silencio sospechoso, pues la idea es que siempre demos la nota discordante, por eso Chávez es un tema recurrente de sus tertulias televisivas.
- Las interminables discusiones en artículos de prensa, programas radiales o televisivos surgidas a raíz de la preocupación ante el inexplicable e indeseable gusto que un país “del nivel de España” estaba y está mostrando por los bodrios producidos en Latinoamérica, las telenovelas que ellos gustan llamar despectivamente culebrones. Ya me gustaría a mí ver en igual proporción e intensidad ese tipo de discusiones en torno a sus programas del corazón que más que culebrones son sabandijas.
- No debemos olvidar la inefable pregunta que hasta el más comedido ante el micrófono no se priva de hacer ante la llegada de famosos viajeros españoles: ¿Y cómo os apañasteis con la comida? Porque claro nunca, y esa cantaleta es eterna, nunca como la cooomiiiidaaaa esppaaaañoooolaaaaa!!!!! Y los que llegan por supuesto no defraudan con sus respuestas: “Bueno comimos por necesidad porque no se podía pasar bocado, nada como el puchero de casa”. Y a mí esto me hace recordar un artículo que en una oportunidad leí en el que sin rubor alguno se decía que en nuestros países se usaba mucho el picante como manera de esconder el sabor de ingredientes en mal estado, es decir que aquí, además, comemos alimentos podridos.
- Y no debemos dejar pasar esta duda que mucho puede aclararnos: ¿por qué ningún miembro de la familia real se ha casado con un extranjero como ha sucedido en otras casas reales? Algunos dirán pero la reina Sofia es griega, y sí efectivamente lo es pero ella se casó con Don Juan Carlos antes de que este siquiera soñara con retomar para los Borbones el trono español, de hecho contrajo nupcias fuera de España. Y ahora sólo pregúntense si hubiera habido tanta tolerancia con el divorcio, el aspecto anoréxico y el desbordante protagonismo inicial de la hoy princesa de Asturias si esta, en vez de española, hubiera sido noruega, o que tal estadounidense y ni hablar si hubiera sido latinoamericana...
Después de lo dicho yo me pregunto ya que a los españoles no les gustamos y menos en su tierra, por qué, y esto les traería los resultados buscados, no se dejan de ambigüedades y lo sueltan directamente como suelen ellos hablar, sin anestesia, y no están con tantas zoquetadas de que si España es solidaria, única, fraternal, amigable. De esa manera se ahorrarían inmigrantes de por estos lares que aún andan por allí de incautos creyendo que así como los recibimos a ellos aquí nos están esperando a nosotros allá. Ummmju!!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, pero cómo les vamos a pedir que nos reciban y nos toleren siendo como somos... Para ellos todos nuestros resabios, mañas y defectos son absolutamente extraños. Seguramente si en lugar de haber sido colonizados por los ingleses, los holandeses y los alemanes, nuestros paises hubiesen sido colonia española, pues nuestras culturas serían más afines, nos pareceríamos más a ellos y nos aceptarían de mejor grado.

O quizá si -en un supuesto hipotético- a nuestros paises hubiesen llegado grupos importantes de inmigrantes españoles pelando bola y acá los hubiésemos recibido con solidaridad y calidez la historia sería otra.

Quizá esa sea la causa: que es muchísima la difernecia cultural entre nuestros pueblos y que ellos, como sociedad, nunca tuvieron la necesidad de ir a buscar la vida allende los mares. ...Porecitos los españolitos...

guayi dijo...

Estoy totalmente deacuerdo con lo que planteas, es increíble como son racistas abiertamente. Pero por otra parte me situó en un país sumido por una dictadura por tantos años, no supieron lo que era imigracion, combinación y mezcla, es así que esa parte de campurusos no la han podido superar, cuesta tiempo hacerlo. Soy hija de español y cada verano tube que vivir con las eternas preguntas estúpidas de gente inculta, que les puedo decir.

Anónimo dijo...

La verdad que me parece un tema muy interesante, yo creo q el problema esta en la mentalidad de las personas, porque lamentablemente vivimos en una sociedad donde si el otro no es igual q yo ya lo rechazamos; cuando en realidad no deberia de ser asi. Por ejemplo vemos a una persona gorda y ya lo discriminamos por su aspecto fisico o por su religion o por su cultura en el caso de q sean inmigrantes, me encantaria cambiar la mentalidad de las personas en ese sentido, pero es muy complicado, pero como se dice primero tenes q cambiar vos , para luego poder cambiar a los demas.

Anónimo dijo...

Los españoles no somos descabellados. Tenéis que comprender una cosa: La diferencia cultural y de mentalidad es muy grande entre vosotros y nosotros. Nos gustaría que os integraráis más y mejor, en vez de que nos tengamos que sentir acosados al salir a la calle de noche. Sería ideal vivir todos en paz y que vinieráis sin malas intenciones, siendo más sinceros con nosotros. Comprendo que os siente mal que se hable abiertamente de este tema en los medios de comunicación, pero reconoced que no os caemos bien y nos queréis engañar con sonrisas falsas y buscando papeles... En el amor no hay engaño. Sólo nos queréis cuando os conviene. No quiero generalizar, pero aún no he conocido a nadie que fuera sincero con nosotros. Intentad integraros de otra forma y os irá mejor.